Una leve sonrisa dibujaba su cara, era tremendamente feliz en ese momento. Caminaba tan entusiasmada que iba entonando una vieja canción de The Beatles, “all you need is love” repetía una y otra vez.
Se acercaba a su destino y el corazón empezaba a latirle con fuerza; tras días sin verlo, hoy por fin lo haría.
Dobló la esquina y su sonrisa se desvaneció. En un portal divisó a su querido con otra chica, abrazándola y dándole un beso en los labios. Alex se quedó inmóvil, sin saber que hacer; mientras el corazón que antes latía con fuerza ahora se encogía del dolor, y sus ojos que antes brillaban de felicidad ahora se empañaban.
Se dio la vuelta y comenzó a recorrer el camino de vuelta a casa, no quería ni mirar la cara de aquel que un día le dijo “te quiero”.
Mientras caminaba cabizbaja solo podía pensar “¿por qué me ha hecho eso?”…
De repente sonó un estruendo y comenzó a llover. Todo el mundo corría a cobijarse en algún portal o comercio, Alex no, ella caminaba bajo el aguacero.
En ese momento estaba sola en medio de la calle, y así quería estar. Se sentía triste y parecía que el tiempo la acompañaba. Notó como el pecho se le encogía y un nudo se comenzaba a crear en su garganta. Inició el llanto.
Llorando mientras las gotas de lluvia fría caían por su cara, eso le aliviaba.
Sacó las llaves del bolsillo y abrió la puerta de su portal, subió las viejas escaleras de madera hasta llegar a su viejo piso. Se acostó en la cama mirando al vacío. Estaba todo en silencio, solo se escuchaban las gotas de lluvia golpeando el cristal de la ventana.
Esa calma fue rota al sonar su teléfono, era él. Ella no quería cogerlo, y así lo hizo. Recibió un mensaje:
“¿Dónde estás, cariño? Te estoy esperando”. No respondió.
Cinco minutos más tarde otro mensaje:
“Me estoy preocupando, si quieres voy hasta tu casa”. Siguió sin responder.
“Voy ahora mismo hacia tu casa, ¿ok?”
“No hace falta que vengas nunca más, esto se acabó. Me has hecho daño, te he visto con esa rubia. Que te vaya bonito con ella”. Él no respondió.
Esa fue la última conversación que tuvieron ambos.
Ahora Alex solo quería olvidarle, olvidar que lo ama. Pero es muy difícil engañar al corazón.
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